Un pastel profundo, especiado y suave, endulzado con silan (jarabe de dátil) y piloncillo. El jengibre fresco le da un toque vibrante, mientras que el glaseado de limón equilibra perfectamente cada bocado. Ideal para acompañar un café o té en tardes frescas.
Ingredientes:
Para el pastel:
- 150 g de jengibre fresco
- 300 g de harina de trigo
- 1 cucharadita de canela molida
- ½ cucharadita de clavo molido
- Una pizca de sal
- 200 ml de aceite vegetal neutro
- 250 g de silan (jarabe de dátil)
- 150 g de piloncillo rallado (o azúcar mascabado)
- 1 taza (225 ml) de agua hirviendo
- 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio
- 2 huevos
Para el glaseado:
- Jugo de 1 limón
- Azúcar glass (cantidad necesaria)
- Ralladura de limón (opcional)
Preparación:
- Precalienta el horno a 150 °C (300 °F).
- Pela el jengibre y procésalo en el procesador de alimentos hasta obtener una pasta. Reserva.
- En un tazón, mezcla la harina con la canela, el clavo y la pizca de sal. Bate con un tenedor o batidor de globo para airear.
- En otro tazón grande, mezcla el silan, el aceite y el piloncillo hasta que todo se incorpore bien.
- Disuelve el bicarbonato en el agua hirviendo (hará efervescencia). Viértelo de inmediato sobre la mezcla de silan y mezcla suavemente en círculos (de preferencia en un solo sentido).
- Agrega el jengibre molido y después la mezcla de harina, integrando poco a poco y en la misma dirección para evitar grumos.
- Bate ligeramente los huevos y agrégalos a la mezcla, siempre moviendo en la misma dirección.
- Vierte la mezcla en un molde bien engrasado y hornea durante aproximadamente 50 minutos, o hasta que al insertar un palillo salga limpio.
- Deja enfriar completamente antes de desmoldar.
Para el glaseado:
- Coloca el jugo de limón en un tazón pequeño.
- Agrega azúcar glass poco a poco, mezclando hasta formar un glaseado espeso pero fluido.
- Añade la ralladura de limón si deseas un toque extra de frescura.
- Cubre el pastel con el glaseado y deja reposar unos minutos antes de cortar.